Nació en 1948 en
Lamento del caramillo
Él introdujo su extremidad en el lago
como quien remoja una pluma en un pozo de palabras...
No era Él del caramillo,
ni tiene el amor qué otorgar cosa:
Entre las bestias el lobo no tiene una valoración acerca de la soledad
de la nieve.
Él va hacia el pasado...
preso de una queja apagada
entre él y el hogar están
el Ensueño y su más reciente sueño.
Él clama por atacar el mapa del Hombre, anunciando su viaje, haciendo pactos con el lugar;
Espíritu encadenado... por su tardanza,
su cuerpo mengua,
miembro a miembro.
Él cuenta vehículos nocturnos,
abre la amistad del Sueño con
Nieve más densa que la largueza de natura,
mensajes de la montaña en el muelle de
piedra liviana,
inclinándose como libros sobre un estante.
¿Por qué pospones tu partida,
si ya no te encuentras aquí?
Nadie recorre tu extensión sino el Ausente,
el Consorte de las Caravanas.
¿Por qué construyes ciudadelas, y las habitas,
por temor a los forasteros, y que te
suceda lo que a tu enemigo?
¿Por qué el tiempo no es suficiente para ti,
por qué no existe espacio suficiente?
¿Dónde te invadió toda esa desolación,
si eres un edén de hojas?
Deja tu extremidad entre el lago,
extiende una pluma de vuelo que lejos te lleve:
Abiertos horizontes para ti;
las citas prometidas se posponen
deja al discurso con sus propios ardides
–Escribe natura lee tu nieve solamente.
Él vino anegado en llanto,
ni hombro ni caudal para él,
contando sus camisas exhaustas por excesos
del camino,
tendiéndole trampas al sueño en la noche no sea que la mano de la distancia se extienda hasta él. ¿Cuándo podrá dormir a pierna suelta
con las emociones heridas ya en sosiego, corriendo como un huérfano, olvidado por
las madres despojadas, descuidado por las nodrizas?
Él viene como quien no irá,
arreglando las piedras del cuarto, preparándose como un escuadrón
para el ataque
El deletrea «pasaje» como en el abatimiento
del exilio,
un lobo cuyo nombre no tiene letras,
cuyo cubil está en la zona interior de su escritura,
extraviado de la manada;
uno profundamente alienado,
anunciando audaz su valentía.
Él irá porque vino de ninguna parte,
él irá a fin de confirmar que, «mapa»
tiene un nombre distinto a casa
y al lamento del caramillo–
Amor, quítale el cuerpo, déjale el alma,
no hagas de su viaje una emigración,
pule el vidrio de su lámpara con tu compasión
para que él sueño le sobrevenga,
y duerma por una noche antes de la muerte
y después.
Amor, éste es tu consorte;
tómalo:
perezoso mensajero entre el lago y el mar.
(Traducción del francés por Rafael Patiño)